DURANGO, DGO.- A pesar de que no es una tradición propia, celebrar el Día de Acción de Gracias  para dos  familias oriundas de Nombre de Dios, Durango; se ha convertido en una oportunidad para compartir, valorar y dar gracias al Creador por  los beneficios recibidos durante el año, y de manera particular el ver cumplidos los retos personales  emprendidos  que   los convierte  en un impulso para continuar creciendo.

 Rosa María Rodríguez Navarrete, originaria de esa población, es la segunda ocasión que viajará a la ciudad de Dallas para reunirse con sus hijas  que residen en esa ciudad. Hoy será la segunda vez que lo hace para departir el pan y la sal en la celebración del Día de gracias.

“Es muy  importante para mí, porque  es la manera de darle gracias a Dios por todo lo bonito que la vida me ha dado y el disfrutar de mi familia”.

Los últimos acontecimientos  de violencia vividos en  el país y la incertidumbre de la calma aparente en ese municipio, dijo  Rodríguez  Navarrete, la han obligado a repensar en el valor del tiempo y la lejanía de su familia; “no  sabe cuánto valoro este tiempo, de reunirme con mis hijas y mis nietos, es algo  a lo que no se puede poner precio “.

Por más de 20 años, Rodríguez Navarrete trabajó como empleada gubernamental y  por el escaso tiempo para atender su casa dijo casi no saber cocinar, “ayudaré en lo que pueda, pero ellas,  mis hijas me atienden muy bien”.

Para Blanca Isaac  Cervantes Rodríguez, hija de Rosa María, originaria también de Nombre de Dios,  reside desde hace 9 años en el Barrio de Oak Cliff, la llegada de su madre le da un mejor sabor a su vida.

“Es muy difícil estar allá porque no hay trabajo, y aunque  aquí vivimos trabajando este es el único día en el que nos reunimos, estar con mi familia y convivir;  aunque extraño mucho a México”.

Blanca  Isaac dijo que para esta cena  preparará pavo relleno, papa y brisket;  “cenaremos como 15 personas, y al día siguiente el recalentado”.

Al principio, explicó Blanca Isaac, “yo lo celebraba por la tradición de EU pero con el tiempo y la familia, la reunión se fue dando así  como las gracias a Dios por todo lo que tenemos”

Dijo que es muy difícil estar en México; “porque no hay trabajo, y aunque vivimos trabajando este es el único día en el que nos reunimos”, y agregó, “me siento más segura y con mayores comodidades, pero Estados unidos le pide mucho a México, por la comida, la paz que se vive allá porque aquí  es un estrés  tremendo aquí vivimos  más de lo material que del amor;  y en México hay  mucho amor, calor de hogar y aquí llegas ves a tu esposo y directo a dormir, no es lo mismo”

Roberto Ríos Zámano, también de Nombre de Dios, es productor de orégano; dijo que esta sería la primera vez que iría a los Estados Unidos para celebrar esa fecha.

Ríos Zámano tiene a 2 de sus 6 hijos viviendo en  Dallas; Misael y Mireya, otro en Nuevo México, el cuarto en El Paso, Texas y los otros dos en Durango.

“No sé cómo festejar, pero creo que lo haré como mejor pueda; además me dará la oportunidad de ver a mis otros hijos, pues convives mucho cuando están pequeños, pero pasa el tiempo y se van, ahora habrá que conocerlos de nuevo”.

Ríos Zámano está sobre tiempo pues es plena cosecha del orégano lo que lo ha mantenido ocupado, pero aseguró estar  preparando maletas para viajar a Dallas y reunirse con Mireya quien vive en East Dallas.

“Estaré poco más de 15 días y también veré a  mis 13 nietos;  ya he pensado en algunos regalitos como  quesitos y pan, además de otras cosas para que no se les olvide de donde son”.

Mireya Ríos Gurrola, hija de Roberto, y quien tiene apenas 3 años residiendo en el Norte de Texas,  esta fecha tiene un gran significado; “es dar gracias por lo que hemos recibido, pero en especial por lo logrado con mi hija Gisel pues finalmente logré la custodia completa y eso nos da mayor seguridad emocional y familiar”.

Mireya, en el 2018 enfrentó un juicio familiar en defensa de la custodia de su hija Gisel; el padre de la menor la arrebató de sus brazos, pero  con ayuda de las autoridades mexicanas y estadounidenses la menor regresó a su regazo y hoy agradece por ello.

Pero esta fecha es también de aprendizaje; Mireya se ha dado a la tarea de emular en lo posible esta tradición al seno de su familia. ”Quiero aprender, saber si hay un ritual en especial y aprender a cocinar lo tradicional para celebrar al igual que ellos (estadounidenses), y así vivir plenamente la tradición”.

Mientras tanto, apuntó, “elegiré algunos de los platillos ya conocidos y además haré lo de nuestra cocina mexicana”.

El cuarto jueves de noviembre de cada año es declarada feriada, se celebra el Día de Acción de Gracias compartiendo pavo horneado, salsa de arándanos, puré de mañana y pastel de calabaza. Esta fecha es el recordatorio de la primera cosecha que obtuvieron los peregrinos británicos en 1621, luego de un duro invierno, y el banquete que compartieron durante tres días con los nativos Wampanoag, del actual estado de Massachusetts, en el noreste de EE.UU.

Por Luis Ángel Galván Peimberth

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