“El miedo como lenguaje oficial frente a la migración indocumentada”
El reciente anuncio del Departamento de Seguridad Nacional, liderado por Kristi Noem, sobre la eliminación del límite de edad para reclutar agentes de ICE, va mucho más allá de una simple medida administrativa.
Aunque se presenta como una oportunidad para que más ciudadanos “patriotas” se unan a la defensa del país, el lenguaje utilizado revela una narrativa preocupante: se asocia la migración con criminalidad, se promueve la idea de que los inmigrantes son una amenaza, y se refuerza una visión de exclusión como solución.
Al hablar de “eliminar a los peores de Estados Unidos” y vincular directamente a los migrantes con delitos graves, el comunicado deshumaniza a quienes cruzan la frontera buscando refugio, trabajo o reunificación familiar. Se ignora por completo la complejidad del fenómeno migratorio y se reduce a una lógica de buenos contra malos, donde los “patriotas” son los que se suman a ICE, y los “enemigos” son los migrantes.
Además, el uso de incentivos económicos como bonos de contratación de hasta 50 mil dólares y condonación de préstamos revela una estrategia de reclutamiento agresiva, que parece más una campaña militar que una política pública. Esto refuerza la idea de que la frontera es un campo de batalla y que se necesita más fuerza, no más entendimiento.
Lo más preocupante es que este comunicado no busca informar, sino movilizar emocionalmente. Culpa directamente a la administración de Joseph Biden Jr., utiliza términos cargados de ideología, y convierte la seguridad nacional en una herramienta política.
En lugar de construir puentes, se levantan muros simbólicos que dividen a la sociedad entre quienes merecen estar y quienes deben ser expulsados.
La migración no es un problema que se resuelve con más agentes ni con más arrestos. Es una realidad humana que exige políticas inteligentes, sensibles y justas. Lo que ese país necesita, (EU), no es más exclusión, sino más empatía, más diálogo y más periodismo que cuente la verdad sin miedo ni prejuicio.
