Asoman viejas leyes como medidas de persuasión
No será a través de la represión y el endurecimiento de las políticas migratorias que Estados Unidos y México implementen para frenar o en su caso atenuar el flujo migratorio indocumentado, deberá de mediar una estrategia conjunta donde el compromiso y la corresponsabilidad sea uno de los elementos a considerar como vía de solución a esta crisis humanitaria que no comenzó ayer, sino desde hace más de seis años y donde la mayor parte de los países involucrados en ello poco o nada hicieron para encontrar un remedio .
Hoy asoman de nuevo viejas leyes que en el pasado tuvieron muy buenos resultados al menos para los Estados Unidos, entre ellas el llamado Título 42, una medida administrativa y sanitaria aplicada inicialmente en 1938 para deportar a extranjeros que pudiesen traer alguna enfermedad contagiosa y pusiera en riesgo la vida de los estadounidenses y que fue reutilizada hace unos años en la primera administración de Trump para deportar casi en automático a extranjeros en situación irregular.
La otra es la Operación Espalda Mojada, medida aplicada en 1954 por Dwight Eisenhower, y que logró la mayor deportación masiva de inmigrantes en 1954 con un aproximado de 1,300,000 extranjeros indocumentados. Lo que hoy se busca es llevarla a la práctica y deportar por lo menos un millón de personas anualmente.
Otra más es la llamada Operación Aurora, enfocada en la deportación de inmigrantes en situación irregular con antecedentes penales. Esta acción se basa en una ley de hace más de 200 años de existencia: Ley de Enemigos de Extranjeros de 1798. La invocación de dicha ley ser utilizada para deportar a los extranjeros sin tener que recurrir al debido proceso. Esto significa que el Presidente Electo podría deportar millones de personas de los Estados Unidos sin llevar a cabo audiencias judiciales migratorias y otros Procedimientos que generalmente se les concede antes de ser removidas del país. Solamente el Congreso podría revocar dicha ley y prevenir su implementación.
Por Luis Ángel Galván Peimberth
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