Ya no somos los ‘mecánicos mugrosos ni caguameros’, sino empresarios: Talleres Automotrices
Fotografía (Carlos Yescas Alvarado)
DURANGO, DGO.-René Stopani Soto, presidente de la Asociación de Talleres Automotrices de Durango (ATAD), señaló que se viven tiempos diferentes, en los que los talleres mecánicos en la entidad son empresas y por lo tanto, deben estar bien establecidos, ya que la informalidad es incluso superior a quienes sí están formalmente constituidos.
Sin embargo, reconoció que no es un tema fácil, porque, aunque hay voluntad de la mayoría de los talleres para insertarse a la formalidad, la realidad es que todavía hay mucha ignorancia al respecto, porque se desconocen los pasos y a dónde acudir para regularizarse, situación en la que la asociación estará apoyando, pero además de esto, en pagos de licencias, mejoras de infraestructura, dictámenes y demás, se pueden gastar hasta 12 mil pesos, cantidad que no todos están dispuestos o tienen la capacidad para pagar, lo que también dificulta la situación.
El objetivo, subrayó Stopani Soto, continúan con la visita a talleres y refaccionarias, con la intención de unirse a la asociación y a la formalidad, “porque ya no somos los talleres ni los mecánicos mugrosos que estamos en la esquina; ya no somos el taller caguamero, ni el que tenía el póster de mujeres denudas, sino que somos empresas y queremos que la sociedad nos voltee a ver a la Asociación de Talleres y sepa que donde está nuestro logo, ahí está un buen taller”, y con este generar confianza a los clientes de que recibirá un servicio de calidad y una garantía.
Los gastos como empresarios se han elevado, destacó, porque hay que tener ahora fosas, espacios para guardar residuos, trampa de lodo, y hay que cumplir con requisitos de Profepa, Semarnat, Protección Civil, Secretaría de Salud, darse de alta ante Hacienda, en la Dirección de Fomento Económico del Municipio, lo que pone en una situación complicada a los propietarios de talleres, por la cantidad de requisitos, modificaciones y el dinero que hay que desembolsar, y muchas veces por ello deciden permanecer en la informalidad.
Por Carlos Yescas Alvarado
Especial/Enlace magazine