Fotografía (Enlace magazine)

El pasado uno de septiembre, falleció en su casa de verano en Massachusetts, Wlliam Blaine Richardson, exgobernador de Nuevo México y quien por muchos años fue la pieza principal de negociaciones que el gobierno de Estados Unidos requería para logar objetivos prioritarios y también el rescate de estadounidenses.

“Bill”, Richardson dejó un legado importante a través de su carrera como político y también como un referente de la comunidad hispana.

Richardson sirvió durante siete mandatos como congresista y dos como gobernador; en el Departamento de Energía, donde ayudó a fortalecer la seguridad nuclear de Estados Unidos; y en las Naciones Unidas, donde puso sus considerables habilidades de negociación a trabajar en la defensa de los intereses y valores estadounidenses en el escenario mundial.


Su habilidad como negociador logró le permitió traer a casa a pilotos estadounidenses capturados por Corea del Norte, trabajadores estadounidenses detenidos por Saddam Hussein, trabajadores de la Cruz Roja encarcelados por rebeldes sudaneses: estas son solo algunas de las docenas de personas que Bill ayudó a traer a casa.

Ver currículum:

Currículum de Richardson

Héctor Flores, residente de la Ciudad de Dallas y expresidente nacional de LULAC, (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, (LULAC por sus siglas al inglés), en entrevista con este medio señaló que la comunidad latino ha tenido una gran pérdida; “Biil un ícono de la política mexicoamericana, y también en la historia del país; una persona muy respetada por todos los países del mundo por su trabajo, la neta;

Flores aseguró que será muy difícil que en este momento exista una figura igual a él; “no hay alguien llene sus zapatos; alguien que esté a su altura y el impacto político que ha tenido, así como el económico y humanitario”.

En su momento, Richardson acarició la posibilidad de la presidencia de Estados Unidos, y en el 2008 inició su campaña, por lo que parte de su recorrido lo llevó a la ciudad de Dallas.

Sobre ello, Flores habló al respecto; “durante su campaña, Bill fue atacado muy fuerte por la relación que tenía con algunas compañías, pero toda persona tiene derecho a tenerlas en su negocio, pero solo lo querían usar a él para representarlos, pero en una campaña tan caliente como esa, hicieron todo para dañar su reputación, pero fue algo horroroso, incorrecto y dañino”.

Ayer, Joseph Biden, presidente de los Estados Unidos emitió una declaración sobre el fallecimiento de Bill Richardson.

Bill y yo nos cruzamos por primera vez hace décadas, cuando él era miembro del personal del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, en el que serví como senador. A lo largo de los años, vi de primera mano su pasión por la política, su amor por Estados Unidos y su creencia incansable de que, con respeto y buena fe, las personas pueden unirse a través de cualquier diferencia, sin importar cuán vasta sea. Fue un patriota y un verdadero original, y no será olvidado. Jill y yo enviamos nuestro amor a su familia, incluida su esposa de más de 50 años, Barbara”.

Biden dijo además que el legado de Bill  perdurará en muchos lugares: en Nuevo México, donde Bill sirvió durante siete mandatos como congresista y dos como gobernador; en el Departamento de Energía, donde ayudó a fortalecer la seguridad nuclear de Estados Unidos; y en las Naciones Unidas, donde puso sus considerables habilidades de negociación a trabajar en la defensa de los intereses y valores estadounidenses en el escenario mundial.

“Pero quizás su legado más duradero será el trabajo que Bill hizo para liberar a los estadounidenses detenidos en algunos de los lugares más peligrosos de la Tierra. Pilotos estadounidenses capturados por Corea del Norte, trabajadores estadounidenses detenidos por Saddam Hussein, trabajadores de la Cruz Roja encarcelados por rebeldes sudaneses: estas son solo algunas de las docenas de personas que Bill ayudó a traer a casa. Se reunía con cualquiera, volaba a cualquier parte, hacía lo que fuera necesario. Las múltiples nominaciones al Premio Nobel de la Paz que recibió son un testimonio de su incesante búsqueda de la libertad para los estadounidenses. También lo es la profunda gratitud que innumerables familias sienten hoy por el ex gobernador que ayudó a reunirlos con sus seres queridos”.

Para Flores, el mayor legado que hoy deja Bill Richardson, “es un modelo para ascender a esos niveles del mundo y no solo de este país, o de este continente sino del mundo entero el dejó un legado muy importante para los latinos que es la imagen que el construyó para toso nosotros a seguir va a ser muy difícil alcanzar”, y agregó, “se le tiene mucho respeto”, concluyó.

William Blaine Richardson nació en Pasadena, California, pero creció en Ciudad de México, de madre mexicana y padre estadounidense, este último se desempeñaba como ejecutivo bancario.

Antes de su elección como gobernador en 2002, Richardson fue embajador de Estados Unidos ante la ONU y secretario de energía en el gobierno del presidente Bill Clinton, y fue congresista durante 14 años en representación del norte de Nuevo México.

Por Luis Ángel Galván Peimberth

@enlacemagazine

 

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