Atender migración, tarea nada fácil
Migrar no es una fácil decisión, máxime cuando esta se hace de forma indocumentada.
La movilidad humana no es un hecho aislado de una región determinada, América Latina es un claro ejemplo de ello, y donde la economía, pobreza, violencia y falta de oportunidades son factores determinantes para que esto ocurra.
Las tragedias ocurridas en la frontera norte de México, así como las muertes de migrantes en su intento de cruce han empujado a organizaciones civiles, académicos y religiosos a generar oportunidades de discusión para construir propuestas que abonen a una migración ordenada, segura y humana.
La Cumbre Migratoria Internacional Religiosa llevada a cabo hace unos días en El Salvador reunió a 18 países donde el objetivo primordial fue analizar las diversas aristas alrededor de la migración, y en base a las experiencias, conocimientos y el respeto irrestricto a los derechos humanos se emitieron las declaraciones de San Salvador, documento que reúne los puntos principales para la conformación de una agenda de trabajo que sería entregada a los diversos gobiernos para su estudio, y en base a ello llevar a cabo acciones para enfrentar este fenómeno social.
Y es que los retos que hoy enfrentan los involucrados pondrán a prueba su capacidad de reacción, así como del conocimiento para atender a las oleadas de migrantes que ya comienzan a llegar debido a la finalización del Título 42 en los próximos días.
Lugares que antes eran impensables para una ruta, hoy se perfilan como un nuevo camino, lo que obligará al gobierno mexicano a destinar mayores recursos en personal, vigilancia y servicios como salud, alimentación, albergues y lo más importante: capacitación a los cuerpos de seguridad sobre el respeto a los derechos humanos, entre otros.
Creer que la migración no producirá cambio alguno en el pensar y actuar de la sociedad mexicana está muy lejos de la realidad, hoy este asunto es uno de seguridad nacional y si no se sabe manejar podría salirse de las manos y producir una catástrofe mayor a la ocurrida en Ciudad Juárez y que terminaría por empujar a nuestro país en un oscuro abismo del cual difícilmente podría recuperarse.
En migración México está en pañales, y se niega a aprender; los berrinches y la soberbia nublan el buen juicio y eso, a la larga traerá funestas consecuencias.