Fotografía (Cortesía de Paralelo 31)

TOSCALOOSA, Alabama.-El aviso llegó el sábado por la tarde, después de haber realizado una búsqueda en una base militar en Ajo,  Arizona.

El grupo de búsqueda y rescate Paralelo 31  había entrado a ese lugar  para tratar de localizar a un joven reportado perdido  desde hace unos días. Sin embargo esto tendría que esperar, pues  había otro llamado de urgencia que atender.

Muy pronto seis de los 10 elementos que conformaban la búsqueda inicial decidieron atender al llamado de familiares del que hoy se sabe se llamaba Eddy  de 39 años de edad, originario de  Vicente Guerrero, Durango.

“La prima del desparecido nos explicó vía telefónica sobre él y el lugar probable de donde pudiera estar”, explicó Gerardo Campos, responsable de Paralelo 31.

Después de comer y descansar un poco, el grupo se alistó y partió con rumbo a Nuevo México, a donde de acuerdo a las primeras informaciones proporcionadas por la familia del desaparecido podría encontrarse. Habría que conducir por lo menos 4 horas hasta ese  lugar.

Campos, responsable del grupo planteó el escenario en función de las coordenadas dadas.

“Aunque no teníamos la información correcta, el tipo de datos que teníamos nos indicaba que podíamos cumplir el cometido;  y a pesar de las condiciones de los vehículos decidimos ir”.

En primera instancia, los datos no correspondían al lugar por lo que hubo de rectificar el rumbo en una distancia de aproximadamente 200 millas.

Reubicándose en una nueva área, se inició la búsqueda a fondo. Los seis voluntarios formaron líneas de rastreo para buscar palmo a palmo.

Después de dos horas, llega el mensaje por radio; “encontramos al migrante”, dijo Campos.

El “buki” como así se le conoce a uno de los voluntarios hizo el hallazgo. Lo que siguió fue una fotografía horrenda de la cruda realidad.

“El cuerpo de Eddy yacía recargado en un árbol, solo con su ropa interior, su cráneo estaba expuesto, así como parte de su tórax; su piel en color casi negro y con bacterias de degradación”, describió Campos.

Fue entonces, dijo, que  siguiendo el protocolo para estos casos, hablaron a las autoridades; “acordonamos el área, y esperamos a la policía del lugar, así como al Sheriff del Condado de Hidalgo, comparamos información y luego nos corroboró a través de una identificación en las ropas del fallecido que era la persona que buscábamos”.

Al poco tiempo se retiró la Policía y el sheriff solicitó la ayuda de los voluntarios para embolsar el cuerpo del migrante y de ahí esperar el arribo del Forense.

“Fue muy triste esto pero a la vez nos sentimos bien de haber podido localizar a este migrante,  aquí quedan los sueños truncados de un migrante su búsqueda por alcanzar el sueño americano aquí terminó”.

En Durango fue consultado el Instituto de Atención y Protección al Migrante Duranguense en relación a la atención que se le brindaría a la familia de Eddy y de su repatriación a su tierra natal, a lo que la vocería de esa dependencia respondió vía what apps que se está en comunicación con su hermana, teniendo los detalles se proporcionaría la información.

Campos pidió a quienes pretendan cruzarla frontera de manera indocumentada, que lo piensen dos veces, “no vale la pena arriesgarse, pero desgraciadamente  la necesidad los empuja a arriesgar la vida”, y agregó, “esto es un genocidio, legal pero es un genocidio que ha sido propiciado por las malas decisiones de las administraciones gubernamentales y no les importa cuantas personas pierden la vida en este intento”.

Por Luis Ángel Galván Peimberth

enlacemagazine@hotmail.com

 

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