AJO, ARIZONA.-Muy temprano en Ajo, un poblado enclavado en la reservación de los indios Tohonos O’odham, a 40 millas de la frontera con México, voluntarios del grupo de búsqueda y rescate “Paralelo 31”, se preparaban para iniciar la localización de dos menores que venían de México.
Ambos jóvenes se habían perdido en una zona llamada el Camino del Diablo, (The Devil´s Way al inglés), en Tucson Arizona.
Gerardo Campos originario de Sahuayo Michoacán, responsable de este grupo creado hace poco más de un año externó su preocupación pues la experiencia de los años en búsquedas con otros grupos le había enseñado el verdadero rostro de la migración y enfrentar una realidad que no se puede ocultar: la muerte de personas indocumentadas al intentar cruzar la frontera a los Estados Unidos en la búsqueda de una vida mejor.
La jornada dio inicio a las 6:30 a.m., revisión de información, planeación y distribución de responsabilidades a los líderes de grupo fue lo básico.
La misión de este grupo, aclaró Campos es totalmente humanitaria; “formamos este grupo por la gran necesidad de auxiliar a nuestra gente migrante hacia estas fronteras; somos el vínculo entre estos países y la frontera de Estados Unidos y que ellos necesitan para tratar de encontrar una respuesta o saber de sus seres queridos que han desaparecido para así darles paz y tranquilidad y saber dónde están sus familiares”.
Cada periodo de tiempo, Campos al igual que por lo menos una docena de sus integrantes salen a la búsqueda de personas reportadas como perdidas en el área de Tucson, Arizona.
Todos los que conforman este grupo son voluntarios y cada uno corre con sus propios gastos.
No pocos de ellos viven en otros estados, y del propio México, por lo que en ocasiones tienen que viajar largos trayectos para poder sumarse a la búsqueda, y el regreso a casa se convierte en una jornada agotadora.
“Todos ellos, coincidimos que quienes estamos ya establecidos en este país pagar de regreso, retribuir un poco a la comunidad migrante y realizar esta labor humanitaria”, explicó Campos.
Algunos de los voluntarios que se han sumado ya han vivido en carne propia el haber perdido a algún familiar en el cruce fronterizo.
Martha Alicia Grajeda, originaria de Michoacán se desempeña como supervisora de mantenimiento en el Distrito de Glendale, Arizona; ella es voluntaria de Paralelo 31 desde hace dos años.
“Yo había participado en la búsqueda de dos de mis hermanos que se habían perdido, y gracias a Dios a ambos los encontré vivos; en esta búsqueda que hoy hicimos para encontrar a los dos jóvenes no tuvimos éxito, por lo menos nos queda la satisfacción de haber hecho lo mejor posible”.
La búsqueda
Cada uno de los 17 integrantes del equipo llevaba consigo una mochila con agua, comida consistente en barras energéticas, fruta, alimentos enlatados, radio, un silbato con termómetro, palas, banderillas para ubicar restos, baterías para radio, lentes de protección solar, sombreros anchos para protegerse del intenso calor que en ocasiones llega hasta los 120 grados farenheit, protectores para espinillas para evitar las mordeduras de serpientes así como inyecciones para combatir las mordeduras de estos reptiles.
Previo al comienzo de la jornada se elevó una oración pidiendo por la vida de los dos menores y su pronto encuentro.
Al llegar al Camino del Diablo, hubo primero que registrarse, pues este lugar está dentro de El Parque Nacional de Cabeza Prieta, protegido por la autoridad federal así como la vigilancia constante del Departamento de Inmigración.
El calor reinante era de 108 grados Fahrenheit, el equivalente a más de 42 grados centígrados. La meta era cubrir alrededor de 8 millas a la redonda.
El terreno agreste, la flora y fauna propia de la región dificultaba la búsqueda.
Ocasionalmente se encontraban prendas de ropa, garrafones de agua vacíos y refugios improvisados hechos por los propios migrantes para resguardase del calor y de la vigilancia de la Patrulla Fronteriza que diariamente realiza sus incursiones de vigilancia por el lugar.
En esta búsqueda se encontró un pedazo de hueso de una osamenta.
En ocasiones se han localizado a personas vivas, en muy mal estado de salud y con un alto grado de deshidratación, así también migrantes que ya han fallecido; también restos de cuerpos que han sido devorados por los animales, o algunos pedazos de osamentas que han estado expuestas al sol calcinante del desierto
A medida que el tiempo transcurría las probabilidades de encontrarlos se iban desvaneciendo.
Al medio día hubo un descanso para recuperar fuerzas, comer algo de alimento, y luego continuar.
Cambio de ruta
Al no haber ningún hallazgo de importancia, se tomó la decisión de continuar por otro sendero, y barrer las faldas de algunos cerros que parecían indicar la probabilidad de haber sido parte del recorrido de estos menores.
Entre los voluntarios en esta búsqueda estaba Alma Borbón maestra de español, mexicana, residente de Phoenix Arizona.
Ella, al igual que muchos, emigró a los EU hace más de 10 años, ahora es voluntaria de Paralelo 31.
Su motivación, explicó es marcar una diferencia entre la misma comunidad hispana.
“El sistema de inmigración es muy duro para nosotros, principalmente para los mexicanos y hay muy pocas personas que se dedican a ayudar a los inmigrantes, son más las que están en contra, es por eso que quería ser parte de esta causa”.
Preguntada sobre las actuales políticas migratorias de ese país, explicó, “me pongo a comparar todas las opiniones que salen en televisión y se me hace muy injusto pienso que todo es a propósito hay mucha gente que solo quiere dañarlos inclusive de acabar con su vida, desde coyotes, hasta oficiales de inmigración, sin olvidar a los políticos”, y agregó, “desafortunadamente la personas que obtienen estatus legal muchas veces se olvidan de sus raíces y por eso quería ser parte de esas personas que tienen un poquito más de privilegio y usarlo para poder ayudar”.
Para Bobby Smith, afroamericano y originario de Phoenix Arizona, esposo de Borbón, dijo apoyar a su pareja y la causa migrante.
“Disfruté esto, apoyo la causa migrante y aunque esta vez no localizamos a estas personas regresaremos para intentarlo de nuevo”; esto, dijo, “tiene un significado, he estado alrededor del mundo en varias ocasiones y entiendo por lo que estas personas pasan cuando cruzan y porqué se van. He sido parte de la milicia y esto es lo que pasa”.
Smith dijo apoyar a los que pasan, “odio el que muchas personas no lo estén logrando y esa es la parte difícil para mí desearía que existiera un mejor sistema para ayudar a todas estas personas para evitar que tuvieran que tomar este riesgo y la familia no tenga que pasar por este estrés de que tal vez no vayan a saber donde se encuentren sus familiares”
Smith dijo estar acostumbrado a las altas temperaturas pues se desempeña como instalador de aires acondicionados, además de que el entrenamiento militar al que estuvo sometido anteriormente le ayuda a soportar estas búsquedas.
Pedro Fajardo, originario de Tuitán Durango y residente de Tucson, desde hace 20 años también es parte de este grupo de búsqueda; “somos un granito de arena en este océano de injusticias”.
Para Fajardo el migrante “viene huyendo de la pobreza y la violencia, hay muchos grupos humanitarios que ayudan al migrante nadie es ilegal en este mundo tenemos derecho a la migración y nosotros como seres humanos tenemos derecho a ayudar a los menos afortunados”
Finaliza la jornada
Llegó la tarde y la búsqueda cesó, la ausencia de luz y los riesgos que esto implica en un panorama tan desolador como lo es el desierto de Arizona obligó a los voluntarios a retirarse del lugar y regresar al otro día para continuar con su labor.
Por años, la migración indocumentada entre México y Estados Unidos ha sido parte del escenario binacional.
A lo largo de los más de 3 mil kilómetros de frontera entre ambos países se extiende un muro natural y el hecho por el hombre.
Pero sin importar esto, la necesidad de buscar una vida mejor se vuelve el principal catalizador para impulsar la movilidad humana dejando los obstáculos en un segundo término.
Diariamente cientos de migrantes indocumentados cruzan por la zona fronteriza para intentar alcanzar el sueño americano; muchos lo consiguen, otros tantos no.
Un gran porcentaje de ellos son detenidos y devueltos a sus países de origen y otros pierden la vida en su intento.
De acuerdo a al Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos desde el inicio el año fiscal en octubre pasado hasta este mes de agosto se han detenido a un millón 331 mil 822 personas, donde tan solo el julio pasado el reporte indica que fueron detenidas 212 mil 672 personas.
Pero, no solo son las personas detenidas, existe también un registro de fallecimientos de personas al intentar cruzar la frontera, donde muchas de estas son víctimas de asaltos, así como de las condiciones del terreno y los climas extremos.
Según Missing Migrants Project el registro de muertes de migrantes en la frontera hasta el 20 de agosto del 2021 es de 298.
Por Luis Ángel Galván Peimberth
Enviado Especial/Enlace magazine
enlacemagazine@hotmail.com