Históricamente, las votaciones intermedias en México no han alcanzado promedios significativos; este 6 de junio se llevará a cabo las votaciones más grandes que ha tenido este país y Durango será parte de este proceso electoral.
Francisco Frías, duranguense, se encuentra indeciso de ejercer su derecho al voto pues no cree en las ofertas políticas de las y los candidatos
“No se confía ya mucho en los partidos políticos porque siempre en las campañas sale a relucir que van a mejorar esto; o sea haciendo las propuestas, y cuando están en el poder no cumplen”, expresó Frías.

Este ciudadano aseguró que su decepción por los políticos es más grande que su “esperanza” de que algo cambie gracias a ellos.
Esta opinión podría ser la de la mitad de la población en el estado, y esto no es un juicio sino una probabilidad que constatan las cifras del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC).
De acuerdo con información de dicho instituto, en el 2016, en la elección para gobernador, diputados y presidentes municipales se registró 43.38 por ciento; para el 2018 en la elección para diputados hubo 44.25 por ciento de abstencionismo, y por último para el 2019, cuando se realizó la elección de presidentes municipales se registró un abstencionismo de 54.92 por ciento.
Años antes, el comportamiento fue similar, así que como se observa poco a poco el abstencionismo se ha abierto camino, hasta incluso ser el ganador en algunas ocasiones, como en el 2019.
Este es el reto de la elección que se hará el próximo seis de junio, cuando en Durango se elegirá a titulares de 15 diputaciones de mayoría relativa y 10 de representación proporcional, así como cuatro diputaciones federales.
Este obstáculo de la democracia, el abstencionismo, parece no tener paliativos ya que “hay un evidente desinterés de parte de la ciudadanía en participar en estas elecciones”, advierte Alicia Gómez Beltrán, socióloga.

Pero, esto “se lo han ganado a pulso los políticos, de cualquier partido”, indicó.
La opinión de Frías coincide en parte con la de la socióloga pues afirma que la mayoría de las personas consideran que los políticos “nada más aparecen en tiempos de elecciones y no vuelves a saber de ellos en todo su periodo legislativo”.
La desconfianza en ellos ha provocado un incremento del abstencionismo, sostuvo.
Además podemos recordar que históricamente en una elección intermedia como la que está en juego en la mayoría de los estados, la participación en este país es apenas de poco más de 40 por ciento.
Aunque, Lorenzo Cordova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, (INE por sus siglas al español), , ha previsto que este proceso sea distinto debido a que en 15 estados se elegirá gobernador.
Otro factor que incrementa el riesgo de abstencionismo son los efectos económicos que ha dejado la pandemia. En Durango, pues habla de una crisis económica que ha derivado en una tasa de desempleo de 4.23 por ciento, de acuerdo con datos del INEGI.
Votos al precio que sea
Para ciudadanos como Alberto Meraz, un emprendedor capitalino, esto no tiene nada que ver. Él no va a votar “porque no creo en la política, ni en la democracia, ni en la honestidad de ningún político”.

Dijo que “desde que empezaron a usar a famosos, influencers y otras personas conocidas, solamente para ganar votos, la política se convirtió en un verdadero circo”.
Para Gómez Beltrán hay un aspecto que definió como “vulgarización” de la política, otro fenómeno que alimenta el abstencionismo y que impacta en un hecho sumamente importante: las propuestas.
“Se vulgariza demasiado la política (…) realmente si es de criticar muchos perfiles que es evidente no tienen ningún tipo de consciencia de lo que representaría la función de un diputado o senador”, opinó.
La socióloga advirtió que esto muestra que “no hay ningún tipo de cuidado de los partidos, que solo buscan obtener votos al precio que sea”.
Por esto, también es común que las propuestas de los aspirantes no se relacionen con la verdadera función de un legislador, afirmó.
“Ni siquiera conocen bien a bien todas las cuestiones de marcos jurídicos que tendrían que ver con esto (su labor) y es uno de los grandes problemas”.
Al respecto, en la plataforma 3 de 3, se puede observar que 24 candidatos no hicieron públicas sus propuestas, mientras que otros proponen cosas como “un nuevo trato por la naturaleza”, “empleo bien pagado”, “establecer en las leyes estatales penas severas acordes a quienes cometan agravios físicos o mentales a las mujeres y cualquier otro género”.
“Estas son propuestas irreales, además no explican el cómo su trabajo de legisladores impactará para que estás ideas sean realidad”, explicó Meraz.
Para Francisco Frías, “es la misma gata pero revolcada, nomás prometen y pues no se cumplen”.
Hay perfiles nuevos, con ninguna experiencia afirmó la socióloga, en contraste hay candidatos que se han “englosinado” con la política.
Un aspecto que genera hartazgo en la población, “se la pasan toda la vida de puesto en puesto político y no se sabe de ellos qué han aportado”.
No obstante, desde el estado se ha promovido esto con la reelección y el fuero, lamentó.
Así han transcurrido poco más de un mes de las campañas en las que los que anhelan un cargo público han tratado de convencer a los ciudadanos; la socióloga advirtió que “hay un evidente desinterés de parte de la ciudadanía de participar, lo cual se han ganado a pulso los políticos y sus partidos”.
Por Nallely Urbina Olaguez
Especial/Enlace magazine
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