Fotografía (Cortesía Guadalupe López)

El entrar en el mundo de las drogas implica una gran batalla, pero lo es todavía más grande para poder salir de ella, sin embargo, hay casos en los que se puede y se convierten en una esperanza para quienes creen que ya todo está perdido. Siempre hay una forma de retomar el camino si se tiene a uno mismo y la familia, los amigos, brindan esa fortaleza necesaria para poder dejar ese camino de oscuridad para reencontrarse de nuevo con la luz.

            Guadalupe López tiene 36 años, es fotógrafa, estudió artes visuales y también es una activista social, y actualmente se encuentra en recuperación luego de una adicción a la droga conocida como “cristal”, que la llevó, como se dice “a tocar fondo” y a saber que era necesario hacer un cambio en su vida.

            Luego de vivir periodos depresivos, decidió consumir cristal, lo que considera uno de sus más grandes errores, “el cristal es la peor droga que pueden probar, lo que hace con el cerebro difícilmente se recupera rápido. Mantiene la mente en in constante estado de ansiedad y con ansiedad tomas las peores decisiones. Tienes ‘subidones’ de euforia que se sienten muy bien, pero después te deja en un ‘bajón’ depresivo que te hace querer más, por eso es tan difícil dejar de consumirla”.

            Por supuesto que esto lleva a situaciones más complicadas, como el ir destruyendo tu cuerpo, a tu familia y en muchos casos terminar en la cárcel, en el hospital o el cementerio, afortunadamente para Guadalupe las cosas no llegaron hasta ese extremo, “en sí, no tuve una experiencia tan fuerte con el cristal, pero sí desperdicié un año medio de mi vida, afecté mi mente y a mi familia. Creo que en sí todo fue la peor experiencia, porque me perdí a mí misma”.

            “Yo cometí el error de probar el cristal y ser adicta a él durante un año y medio, fueron muchos los errores cometidos, pero decidí dejarlo con mucha fuerza de voluntad, con la ayuda de Dios y de mi madre”, pero no fue fácil, ya que después de dejar de consumir la sustancia aumentó la ansiedad y la depresión que ya había padecido antes de consumirla, y durante dos años tuvo que lidiar con episodios depresivos severos, “en los que la lucha es diaria y quienes padecen esta enfermedad saben muy bien de qué hablo”.

            A pesar de que no ha sido fácil, Guadalupe se ha tomado las cosas con optimismo y esperanza, y por fortuna ha contado con el apoyo de sus seres queridos, quienes han sido una parte fundamental para su recuperación, “una buena parte de mi sanción ha sido gracias al apoyo de mi familia, de toda mi familia, de mi madre y de mi esposo”.

            Además, también ha estado utilizando otros métodos para lograr un equilibrio en sus emociones, y ahora que tanto se habla de la legalización de la marihuana, ella da un testimonio de las bondades de esta planta, que para muchos sigue siendo una droga dañina, pero que cada vez más vemos su aplicación terapéutica, como en este caso, para dejar dogas duras como es el cristal. “Debo contar que hay una medicina que me ayuda mucho, que controla mi ansiedad y me ayuda con la depresión, aunque es una planta que muchos estigmatizan y rechazan. Empecé consumiendo el aceite de marihuana y ahora la fumo, y me ayuda mucho mentalmente, es parte vital de lo que yo considero mi recuperación”, comenta.

            Otra parte importante es irse recuperando a sí misma, luego de verse perdida en el mundo de la adicción a la cristal, y esto es algo que sirve para dar esperanza a quienes están atravesando por una situación similar, antes de que se convierta en un infierno del que ya no sea posible salir, “y es que el camino a la curación es también un camino de despertar espiritual, de conocerse a sí mismo, de perdonarse y avanzar aprendiendo de los errores cometidos”, y es que es cierto, el pasado ya no se puede cambiar, pero sí lo que cada persona decida hacer con toda la experiencia que ha ido acumulando a lo largo de la vida, pero ahora desde una perspectiva emocional, mental y espiritual diferente, ya no desde la ansiedad, la depresión o los efectos del cristal, y es justamente aquí donde iniciará el camino hacia una vida más sana y más plena, porque si no nos tenemos a nosotros mismos, entonces no tenemos nada.

            La vida de Guadalupe ahora se enfoca en estar en paz, en amar a sus seres queridos y ver también al mundo con esos mismo ojos de amor, “se trata de estar tranquilos, de agradecer cada mañana, cada instante y hacer lo mejor que puedas cada día. El camino sigue y sigue la lucha”.

            A través de su experiencia también trata de ayudar a otras personas que estén atravesando por una situación de drogas, pues ella es el ejemplo de que se puede salir de esto, por ello, a través de este medio hace la invitación a quienes deseen ponerse en contacto para platicar sobre este tema a través de su cuenta en Facebook: Lupita Durango, porque siempre es importante hablar de lo que nos pasa, y qué mejor que con alguien que sabe de lo que se trata. No esperes a que te pasen cosas terribles, toma la decisión ahora y busca ayuda, porque es posible encontrar de nuevo la luz.

Por Carlos Yescas Alvarado

Especial/Enlace magazine

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