Niños migrantes, en el filo de la navaja
La llegada de poco más de 20 mil menores indocumentados a los Estados Unidos en las últimas semanas muestra la inmensa necesidad de una mejor calidad de vida para las poblaciones que conforman el triángulo norte de Centro América.
Los cambios en las políticas migratorias en este nuevo gobierno federal norteamericano han generado una serie de acciones que en mucho han tenido que ver con el incremento en el flujo migratorio indocumentado.
De acuerdo a la Patrulla Fronteriza, al cierre de febrero, han sido detenidas 396 mil 958 personas de las cuales 29 mil 729 son menores indocumentados no acompañados.
El incremento de este flujo migratorio ha obligado a las autoridades federales de ese país a habilitar instalaciones a lo largo de la frontera sur de ese país para poder dar cabida a los menores y brindarles cobijo y abrigo y con ello iniciar una serie de trámites para buscar regularizar su situación migratoria.
Unos de estos albergues ha sido habilitado en el Dallas Convention Center en la ciudad de Dallas, desde el pasado 15 de marzo ha iniciado operaciones para atender a los cientos de menores que ahí se encuentran.
Erick, quien pidió anonimato por las propias circunstancias se desempeña como voluntario en ese lugar.
Preguntado sobre la situación de los menores que están arribando a este albergue, Erick expresó, “creo que los sacrificios que hacen de niños pequeños para sobrevivir a la niñez es algo por lo que ningún niño o familia debería tener que pasar. El hecho de que tantos niños corran con miedo porque no quieren ser forzados a estar en pandillas o víctimas de violencia y violación me enfurece, pero no a las pandillas, sino a las muchas empresas, agencias gubernamentales y políticos corruptos que han continuó haciendo sufrir a la gente de Centroamérica”.
Erick dijo estar consciente de la situación de pobreza en sus lugares de origen así como de la violencia y faltas de oportunidad que al final se convierten en los factores principales que promueven la migración indocumentada.
“Estoy muy consciente de las muchas hambrunas, la falta de recursos y los problemas actuales que tienen lugar en Honduras. Muchas empresas privadas le están quitando tantos recursos a Centroamérica que el gobierno observa cómo su gente se muere de hambre, pagándoles salarios con los que ninguna familia puede sobrevivir. No es de extrañar que la actividad de las pandillas siga aumentando, ¿cómo se supone que deben comer las personas? Y sobrevivir? A mis ojos, los que están en pandillas están literalmente tratando de ganarse la vida y están asociados en estos grupos del crimen organizado porque no tenían muchas opciones. Si le da a la gente salarios dignos, con buenos trabajos y buenos recursos, los hambrientos no tendrán que atacar a los ricos y permanecer siempre en modo de supervivencia”.
Erick habló de cómo se enroló de voluntario.
“Escuché sobre la oportunidad porque soy voluntario en una organización sin fines de lucro llamada “La Monarca Foundation” en la que la misión de La Monarca Foundation es proporcionar recursos y servicios a los residentes desfavorecidos, sin documentación, recién llegados a Dallas / Ft. Worth Metroplex, así como a los ciudadanos locales que lo necesiten en caso de emergencia. Ofrecemos nuestros servicios con compasión y respeto a todos los participantes. La líder allí, Denise Benavides me informó de la oportunidad”.
El trabajo de Erick en ese lugar es de brindar cuidados a los menores.
“Ayudo a cuidar a los niños, los llevo al baño, a buscar comida, a las duchas y básicamente ayudo a cuidarlos. Sin embargo, nunca quisiera que mis hijos estuvieran en un lugar como este, está construido como un centro de detención”.
Habló también sobre el desconocimiento de los menores sobre sus derechos y de la incapacidad para poder brindar toda la información requerida para que los menores puedan tomar decisiones.
“Debido a que hay tantos niños, este lugar no les ha hablado de sus derechos. Los padres entrenan y enseñan a sus hijos el número de alguien en Estados Unidos, el estado o la ciudad, el nombre del miembro de la familia”, y agregó, “también deberían enseñarles sus derechos; tienen derecho a un abogado de inmigración, no tienen que firmar nada que no comprendan, deben saber que tienen derecho a ir a la escuela y derecho a llamar a sus seres queridos mientras están detenidos”.
Agregó que lo esencial para ellos, además de conocer sus derechos es el aprender el inglés. “Deberían intentar aprender tanto inglés como sea posible, porque en este país es casi imposible tener éxito si no se habla inglés. Los niños deben saber que nadie tiene derecho a tocarlos y, si alguien lo hace, deben informarlo de inmediato. En algunos centros se les trata con decencia, en otros no. El hecho de que no tenga un estatus legal en los Estados Unidos no significa que no tenga derechos aquí”.
Erick dijo estar preocupado por los menores, los considera su familia.
“Sigo regresando porque realmente me preocupo por ellos. Son mi gente, mis hermanitos, primos, familiares de larga distancia, y me llaman “Uno de ellos”. Me encanta hacerlos reír y sonreír. Estos muchachos son inteligentes y deben recibir el respeto que los demás exigen. Se les debe informar lo que está sucediendo con su proceso, cuánto tiempo planean mantenerlos aquí y qué tienen que hacer todos los miembros de su familia para sacarlos”.
Preguntado sobre si se les debería otorgar el asilo, Erick expresó que, “no creo que todos los niños califiquen para el asilo, pero, de nuevo, no soy un abogado de inmigración. Cualquiera que huya de algún lugar para salvar su vida debería tener la oportunidad de sobrevivir, es un derecho como ser humano. No creo que deban ser “” “devueltos” o deportados a su país de origen. Cada caso es diferente, y dependiendo de su propio Caso y circunstancias específicas, y después de hablar con un abogado de inmigración, preferiblemente de una organización sin fines de lucro debido a los costos, entonces deben seguir el consejo de lo que recomiende el abogado de inmigración”
Otras organizaciones como Dallas Area Interfaith, (DAI por sus siglas al inglés), en la ciudad de Dallas estarían participando con voluntarios para atender a todos estos menores.
Para Irineo Mújica de Pueblos sin Fronteras, la crisis humanitaria que en este momento se vive en particular con los niños indocumentados no acompañados es solo un distractor promovido por la administración de Joseph Biden Junior.
“Los niños siguen llegando diariamente, aquí en Algodones hay muchísimos niños solos y familias completas que están esperando cruzar, la situación se ha vuelto insostenible”.
Mujica criticó la forma en que los menores son tratados tanto por el Departamento de Inmigración de EU como de los oficiales del Instituto Nacional de Migración, (INM) en México.
“A nadie le importa lo que está sucediendo; por una parte EU quiere números para mostrar porque no ha sabido dar respuesta es decir no puede dar una reforma migratoria”, por otra parte, señaló, ”a México tampoco le interesan los migrantes solo quiere tener dinero de los programas como Frontera Sur e Iniciativa Mérida, poco hacen en favor de los menores”.
Dijo además que el maltrato hacia los menores incluye el encierro en jaulas emulando así lo que la administración de Donald John Trump hizo cuando se aplicó el programa de “Tolerancia Cero”, que permitía la separación de las familias colocando a los menores en jaulas de metal y a sus padres los deportaban a sus países de origen.
Por Luis Ángel Galván Peimberth
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