Fotografía (Carlos Yescas Alvarado)
-El diálogo sigue abierto, aseguró director de Desarrollo Urbano, quien lleva las negociaciones.
DURANGO, DGO.-Desde el inicio del conflicto con los vecinos de Loma Bonita se ha mantenido la disposición de parte del gobierno municipal de dialogar y llegar a acuerdos, y luego de lo que ha sucedido recientemente, esto no ha cambiado, aseguró Alberto Pérez Arellano Soto, director de Desarrollo Urbano en Durango, quien es el que representa al ayuntamiento en las negociaciones.
En primera instancia, destacó el hecho de que el bloqueo de calles es un delito que está señalado en el artículo 249 del código penal del estado, y ante esta situación, además de que, aseguró, esta zona tiene los permisos correspondientes y con base en ellos fue entregada al ayuntamiento, es su responsabilidad mantener el libre tránsito, por lo que las acciones tomadas “fueron siempre en el marco de la ley, y así hemos trabajado”, apuntó.
Se hizo la denuncia correspondiente para que las autoridades competentes hicieran lo propio, que fue sacar de ese lugar a quienes mantenían bloqueada la calle, y subrayó, “eso no quita la posibilidad de que el diálogo siga abierto”, y él es el encargado de llevar a cabo las negociaciones, “y esto no es una situación de que busquemos ganadores y perdedores. Yo creo que tenemos que estar buscando siempre la manera de que los conflictos tengan una manera de negociar y no haya conflictos entre vecinos”, agregó.
Respecto a la presencia de personajes políticos, como Primitivo Ríos, el director hizo un llamado para que no se politice la situación, “porque lo que queremos es solucionar, no empantanar una situación de solución y tratar de sacar raja política a un tema que no da para eso”. En este sentido, subrayó que en el ayuntamiento “estamos para cuidar el marco jurídico, a pesar de ellos”, y señaló que ya se puso una demanda en contra de quienes resulten responsables, ante la Fiscalía General del Estado, y quien intente de nuevo bloquear la vialidad, sería detenido de inmediato, pues ya se consideraría como flagrancia.
Por Carlos Yescas Alvarado
Especial/Enlace magazine