Aranceles y migración, una total subordinación
De la noche a la mañana, quienes por años habían ignorado lo que implica la migración, ahora buscan de forma denodada ser protagonistas en el saber y entender de ello.
Es la moda han dicho algunos, es un mal que aqueja a unos pocos han dicho otros, el caso es que el desconocimiento de ello ha traído como consecuencia la exhibición de una ignorancia brutal de cuáles serán las consecuencias al pretender frenar un fenómeno que no parará.
Las medidas tomadas recientemente entre México y Estados Unidos traducidas en un “acuerdo” migratorio donde el que demanda se lleva la mejor parte colocan al primero entre la espada y la pared y donde México también será el único obligado y al final del día no tardará en convertirse en el tercer país seguro y con él todas las obligaciones del caso.
Aceptar este papel, implica respetar el principio de no devolución, es decir de no repatriar o deportar al solicitante y garantizarle en todo momento el respeto a sus derechos como persona, pero también otorgarle asistencia social, atención médica, trabajo y educación mientras que su proceso de asilo transcurre.
En los próximos 90 días se pronostica habrá en México 50 mil solicitantes de asilo, y también de manera paralela en la primera mitad de este periodo habrá una evaluación de las acciones convenidas y de no ser cumplidas habrá un segundo tono y este podría ser más grave.
El incremento en los aranceles, una muy buena estrategia aplicada, que para fines prácticos es traducida en un chantaje terminó por doblegar a México y lo condenó a realizar el trabajo sucio involucrando a los cuerpos de seguridad para blindar la frontera sur.
El despliegue de seis mil tropas de la Guardia Nacional, en principio podría exhibir el poderío del país, pero reflejan más el temor a fallar al compromiso hecho con el vecino al lado norte.
La rapidez en la actuación del gobierno federal es ordenar la movilidad humana, pero también es disminuir a toda costa el número de solicitantes de asilo para Estados Unidos y con ello alivianar la carga del Departamento de inmigración que ya de por sí está saturado con el alto número de detenciones.
A este mayo, más de 132 mil personas entre familias, adultos y menores no acompañados fueron detenidos, y donde connacionales mexicanos ocupan el cuarto lugar en el número de inmigrantes detenidos; sin embargo hay legisladores federales que niegan el que los mexicanos siguen siendo parte de las estadísticas migratorias.
Mientras tanto, las opciones de cómo enfrentar el problema sobran, pero no son precisamente las elegidas por quienes consideran qué se debe de aplicar, y ven como una solución otorgar recursos económicos a transmigrantes como una manera de solucionar los efectos de la migración indocumentada.
Esto a la larga solo va a crear un precedente que con el tiempo se tornará en obligado, y donde se corre el riesgo de que en forma mediata habría extranjeros demandando al estado mexicano.
En ocasiones las buenas intenciones no siempre van acompañadas de las mejores acciones.
Por Luis Ángel Galván
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