DALLAS, TEXAS.-Por años, la lucha por los derechos civiles en los Estados Unidos ha estado condicionada a la participación en gran medida por las minorías.
A nivel demográfico y de acuerdo al Buró del Censo en su proyección del 2017, la población actual de los Estados Unidos es de 323,1 millones de personas, donde los hispanos son la segundo grupo de población más grande seguido de los blancos no hispanos con un total de 57,5 millones, donde 32.2 son de origen mexicano.
Hispanos
Sin importar el estatus migratorio, muchos de ellos han trascendido y en ocasiones han sido reconocidos de manera pública, ya sea por su desenvolvimiento político, las artes, ciencia, hechos históricos y también en su apoyo cuando han ocurrido desastres naturales y tragedias como las del 11 de septiembre del 2001, el huracán Katrina o en agosto del 2017, con la llegada a Houston del Huracán Harvey donde 6 mexicanos perdieron la vida al ayudar en las labores de rescate de los damnificados.
Texas, el escenario
El Norte de Texas, al igual que otros estados ha sido el escenario de una serie de luchas donde los hispanos han enarbolado la bandera de los derechos humanos para buscar proteger a su comunidad.
Activistas como Adelfa Callejos, (qepd), José Luis Gutiérrez, mexicoamericano; Roberto Chavarría, de Michoacán; Roberto Alonzo, mexicoamericano; José Luis Flores, Zacatecas; Gustavo Jiménez, Puebla; Patricia Juárez. Víctor Morales, Alfredo Castañeda, Durango, son tan sólo algunos de los tantos personajes que han desfilado por las calles de Dallas, han cabildeado ante las autoridades norteamericanas, también con las de su mismo país de origen, y hasta algunos han corrido el riesgo de perder su vida en aras de defender lo que han considerado debe de ser justo.
Sucesos que han dejado historia
La manifestaciones hechas en las afueras de los Centros de Detención en McAllen, el plantón en la ciudad de Austin, y las demandas contra ICE por la liberación de personas detenidas por ser solo indocumentadas son una muestra de ello.
Participar en un movimiento es una cosa, pero ser la cabeza o liderar una causa no es sólo una ocurrencia, es la decisión de quien toma esa responsabilidad sin esperar nada a cambio, afirma Alfredo Castañeda, oriundo de Vicente Guerrero, Durango.
“Cuando hablamos de activismo es tener consciencia de que la acción en es el momento y en muchas ocasiones no puede ser programada” y agregó, “el activismo busca el bien común, so no hace eso entonces es sólo un circo”.
Castañeda reside en los Estados desde hace más de 30 años, en 1999 y en el 2002, se vio envuelto en dos grandes luchas, la primera radicó en el “cobro de derechos” del gobierno mexicano para la introducción de vehículos extranjeros de manera temporal a México; y el segundo , quizás el más complicado y riesgoso, en la defensa de 70 personas que habían sido involucradas en el llamado “Caso de las Drogas Falsas”, donde una gran cantidad de estupefacientes habían sido decomisados y mantenidos en manos de la policía local como evidencia.
Literalmente, de la noche a la mañana la droga fue sustituida por polvo de tablaroca; es entonces que Castañeda a petición de una familiar de uno de los detenidos trata de interceder para poder liberarlo.
Después de varias escaramuzas legales y de la presión ejercida por él y un grupo de activistas, son liberados el total de los detenidos, no sin haber recibido amenazas de muerte de parte de terceros que también participaron en ese decomiso.
“Las personas en el poder crean el miedo como una cortina de humo para limitar tus derechos, pero el que sabe de eso como Emiliano Zapata prefiere morir de pie que aceptar una tontera de esas, no es un negocio rentable”.
Reconoció que hoy en día, el activismo se ha convertido en un negocio muy rentable para algunos.
“Salen patrocinados y recibiendo dádivas, sólo así marchan; el activismo debe ser auténtico, no falso o pagado”.
Castañeda, hoy en día jubilado, reconoce que se hace necesario una ´transfusión´ de nueva sangre para continuar en la lucha en favor de la comunidad.
Chavarría, por su parte señala que hay un decaimiento del activismo, y esto, señaló, “es un problema y si carece una sociedad carece de esto entonces debe repensarse hacia su interior, y apuntó, “nosotros aquí no podemos ser la excepción en eso”.
“Siempre trato de ver el lado optimista, quizás todo ese decaimiento en el activismo nos hizo que muchos que no queríamos hacernos ciudadanos americanos, sintiéramos esa presión y hoy en día nos hicimos ciudadanos”.
Chavarría reconoció en Domingo García a un líder comunitario.
“Con todas sus deficiencias hoy por hoy el hecho de que el licenciado Domingo García sea el presidente de LULAC, (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos) nos pueda ayudar muchísimo a nivel local y pudiéramos consensar ese activismo tan necesario”.
José Luis Flores, de Zacatecas, activista y residente en el Norte de Texas, reconoció que los verdaderos activistas que han trabajado en favor de los migrantes en esa área se ven limitados por el estatus migratorio. Dijo además que el lento avance en las luchas a favor de las comunidades se ha dado al apoderamiento de corporaciones que ahora lideran estos movimientos.
“La lucha por los migrantes se ha vuelto un gran negocio, y eso lo vemos con organizaciones como Proyecto Laboral donde quienes participan son asalariados o TAP; estoy completamente seguro que primero se volvió en una moda y luego en un negocio donde las ambiciones de ciertos grupos han causado una tragedia para el activismo”.
Flores habló también de otra lucha como la del año pasado con el terremoto en México, comentó, “unificó esfuerzos pero de nuevo cayó en un abismo al interferir intereses personales”.
En este momento. señaló que las manifestaciones son calendarizadas, descoloridas e ignorando las necesidades reales, no hay comunicación hay ausencia de causa”.
En común acuerdo con otras activistas, Flores dijo haber acordado que poco o nada se iba a hacer debido a las represalias que se podrían dar; “antes no teníamos problemas para solicitar un permiso para una manifestación ahora hay muchos problemas de hecho no nos dan permiso, no hay garantías de que no va a suceder nada”.
Flores arremetió contra las organizaciones que dijo han acaparado el activismo; aceptó que este ha evolucionado, “pero también se ha degenerado”.
Mauricio Rodríguez, de Nuevo León; residente de Dallas, desde su punto de vista expresó que, “estamos algo dormidos porque hay activismo pero de muy baja perspectiva, y por el temor a salir, además de que muchos ya están enfocados en otra perspectiva; los que tienen recursos pueden convocar pero muchos de ellos por la situación migratoria ya no salen pues”.
Lo más destacado, aseguró, “fue la marcha del 2006, donde más de 600 mil personas salieron a las calles y marcharon, pero esto se calmó; después vino la división entre los mismos líderes porque ahora aunque convoquen cada quien lo hace para sus propios intereses”.
Señaló que “hay líderes que aún tienen poder de convocatoria, tales como Carlos Quintanilla, muchos solo buscan la foto”.
Dijo que lo más que le ha afectado al activismo es la pérdida del interés, además de que hubo diversas causas, algunos se salieron del activismo por agarrar un puesto y muchos usan el activismo para lucrar en realidad hay muy pocos líderes naturales y los que hay ya van de salida”
Dijo que se hace necesaria una nueva generación con una perspectiva diferente y como ejemplo citó a los millennials, y los jóvenes de DACA.
Por su parte, Jiménez opinó que se ha perdido el rumbo, la dinámica del porqué se hace el activismo comunitario.
A últimas fechas la sociedad ha perdido el sentido de ello, y creo que ha perjudicado en cierto momento porque hoy en día ha tomado ciertos derechos y ha perdido el sentido de responsabilidad; las familias piensan que pueden hacer y deshacer sin tener en cuenta que no aún no tenemos una seguridad al cien por ciento de vivir en Estados Unidos”.
En las familias se ha perdido el respeto entre padres e hijos estudiantes y maestros; los jóvenes han perdido el respeto a las leyes” “se ha abusado el derecho del activista que ha dado hacia aquellos que están marginados”
Muchos de quienes han encabezado luchas por la defensa por la comunidad han sido opacados por los que ahora han abanderado las causas de la comunidad, ya sea afroamericana o latina ya sea represetnado a una organización o formando parte de una corporación.
Estatus migratorio , un freno para la lucha
Víctor Morales, mexicano, residente de Dallas, empresario restaurantero, atribuyó el silencio en el activismo al estatus migratorio de la mayoría de ellos.
“Los activistas residentes o indocumentados están callados, no están haciendo borlote porque la discriminación está a todo lo que da, el único que hace movimiento es Domingo García”.
Morales habló sobre otro activista, Carlos Quintanilla quien a últimas fechas ha generado mucha presencia en las redes y esto, “sólo se está abanderando problemas comunitarios para que su nombre este girando”.
Señaló que lo sucedido recientemente en el Consulado de México al exigirle respuestas a una funcionaria consular es sólo otra de sus tácticas para “estar cazando gente”.
Y de esos hay muchos pero en realidad, aseguró, es que los chicanos son los que están haciendo mucho por nuestra gente, y ejemplificó una deportación masiva donde se hizo la convocatoria para protestar por ello sin embargo solo LULAC y una organización llamada “la Raza”, respondieron a ello.
“Las casas comunitarias no responden a ello”, puntualizó.
En esa tesitura, Morales señaló que también con las detenciones de líderes, entre ellos citó a Luis de la Garza, otrora empresario mexicano y líder proinmigrante, mejor conocido como “Mesh Mask Bandit”, quien está purgando una pena de 20 años por el robo a por lo menos 18 bancos en Texas, “por él y por otros más hay muchas interrogantes, en este momento no hay liderazgo comunitario, hispano, como quien dice”.
Apuntó que en el caso de los Dreamers están trabajando muy fuerte y aseguró que hay una oportunidad muy grande para el activismo en la figura de Domingo García como nuevo presidente de LULAC; “está haciendo trabajo en Puerto Rico, en Nebraska, y aquí mismo, no sé con que intenciones pero está trabajando y él está dando también la oportunidad para trabajar”.
Reconoció que “hay buenos líderes pero la situación del ego de las personas que ellos representan los ha estancado; se hace necesario una nueva generación de activistas comunitarios”.
“En los próximos 5 años viene una nueva generación de muchachos que van a estar trabajando, hay que integrar a las casas comunitarias para que motiven a sus miembros y puedan votar; necesitamos que participen políticamente
César Valenciano, de Casa Durango Dallas, señaló que el activismo es desesperanzador, “hay una falta de interés y una total desmotivación de algunos gobernantes debido a que no apoyan a su gente”.
Aseguró que en este momento hay dos tipos de activistas: los que de manera espontánea defienden los derechos de los migrantes y los que son pagados por los gobiernos para hacer ese trabajo.
Dijo considerarse un participante de las necesidades de las comunidades, más no un activista. Reconoció que se hace necesario una nueva generación de activistas comunitarios.
Valenciano ahondó en el tema al señalar que mucho del desinterés proviene de las representaciones gubernamentales, en particular del Instituto de Atención al Migrante, donde aseguró que hasta el momento no ha habido ninguna clase de comunicación. “Hemos tenido que resolver muchas de las cosas que la gente necesita por nuestra cuenta, porque ellos, (el instituto de atención a migrantes), no han hecho lo posible por hacerlo”.
Adelantó que ya está en puerta una nueva Plaza Comunitaria que a partir de octubre abrirá sus puertas en Houston.
Expectativas presidenciales
Castañeda advirtió que urgen seminarios y conferencias para educar a los nuevos políticos que emergerán desde el gobierno de López Obrador.
“A los políticos que vienen de México les vale madre lo que vienen y firman cuando anuncian convenios, ni leen lo que firman, sólo les urge terminar para luego irse al Mall como criaturitas para gastar nuestros impuestos”.
Flores quien asegura ser fundador de Morena en Dallas, dijo albergar esperanzas de que en ese nuevo gobierno si haya realmente atención al migrante.
“Sé que la gente que rodea a Obrador está ya viendo la posibilidad del libre tráfico, creo que sería algo trascendente; que nos dé nuestros derechos como mexicanos, que haya una buena negociación con el gobierno de Donald Trump; sólo eso”.
Chavarría opinó que la elección del nuevo presidente fue una “infusión de oxígeno” al sistema político mexicano.
“Hemos avanzado, ha habido muchos problemas de corrupción y si el señor, (Andrés Manuel López Obrador), viene y reforma todo este tipo de cosas y si podemos activarnos y aspirar a cosas diferentes, ¡caray, cómo no lo vamos a poyar!
Morales opinó que en el caso de Obrador se ha hecho rodear por desechos del PRI, “y eso lo hace ver mal, no usar los aviones oficiales o las escoltas es solo populismo”.
Dijo que el silencio y la tolerancia de un Congreso que acepta lo que decide y la total libertad del Ku Ku Klan solo muestran una triste panorama para la comunidad latina.
“Yo pregunto porque darles dinero a los ninis, dar dinero sin trabajar es un error, el prometió mucho no creo que con una barita mágica vaya a resolver la situación de México”.
Agregó que colaboraría con LULAC para formar un brazo, “pero con fuerza mexicana, no chicanos, aquí en Dallas.
“De esta manera aprovechamos los beneficios escolares, becas deportivas, bufetes de abogados, tenemos que auxiliar a las casas comunitarias para que nos tomen en cuenta; debemos defender a nuestra gente”, y agregó. “ahorita cualquiera te grita mojado lárgate a tu país, si lo grabaste que bueno y lo subes a la red, si no ya te amolaste, pero no hay nadie que te proteja”.
Valenciano por su parte opinó, “debería hacer más por México, más empleos, mejor educación, mejores salarios, no estuviéramos hablando de migración”, y agregó, “que siente las bases para que tenga a México más productivo”.
Por Luis Ángel Galván
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