Barreras físicas en frontera provocan una cosecha de muerte
El flujo migratorio hacia la frontera norte de México se ha incrementado, así también las medidas que algunos estados fronterizos han adoptado para tratar de frenar en lo posible el ingreso de personas indocumentadas a los Estados Unidos.
El gobierno de Texas se ha empleado a fondo al reforzar el programa Lone Star, (Estrella Solitaria), iniciado en marzo del 2021, mismo que ha llevado a la detención de más de 397 mil 900 detenciones de migrantes indocumentados y más de 31 mil 800 arrestos por delitos graves.
Entre los recursos utilizados para impedir el avance de los migrantes está la instalación de boyas flotantes en el Río Bravo como una forma de tratar de disuadir a quienes intentan cruzar de manera indocumentada.
Otro, es la utilización de un software adquirido a una firma privada israelí, y que le permite localizar y seguir a las personas a través de sus teléfonos.
Una media más ruda, pero con aplicación tradicional es la colocación de alambre de púas para disuadir a los migrantes.
Y aunque esto pudiese parecer como últimos recursos para intentar frenar el flujo migratorio indocumentado, lo cierto es que cada día el número de personas que utilizan a México para tratar de ingresar a través de la frontera es alto.
Los números estadísticos que arrojan las detenciones reflejan la grave crisis humanitaria que se vive en América Latina.
En el caso específico de los menores no acompañados, el average es de 437 según el CBP, (Customs and Borders Protection).
Los hechos de violencia, pandillas y persecución han sido lospromotores principales de la migración en menores.
La violencia de las pandillas y la persecución son motivos de esta migración.
Sin olvidar que hace casi cuatro años, las versiones esparcidas por traficantes de personas impulsaron a padres de menores a enviar a sus hijos solos a la frontera con la idea de ingresarían sin problemas, sin embargo, esto no fue así y muchos de ellos al ser detenidos y procesados quedaron atrapados en el sistema sin que hasta el momento se hayan logrado reunir de nuevo con sus familias.
En el caso de los adultos, y a pesar de un decremento del 6 por ciento en comparación con el mes de abril, en mayo se detuvieron 204 mil 561 personas.
En total de octubre del 2022 a junio del 2023, tan solo en los puntos de entrada de Texas se han detenido a 614 mil 465 personas.
Pero los números no solo son en relación a los detenidos y posteriormente deportados, es también en el número de personas fallecidas en el intento de cruce.
De acuerdo a reportes de la Patrulla Fronteriza, se encontraron los restos de 10 migrantes durante el fin de semana del 8 y 9 de julio en medio de una ola de calor prolongada en Texas y Arizona. Datos preliminares apuntan a otros 70 migrantes fallecidos recuperados a lo largo de la frontera en junio. Los cambios intensificados por el cambio climático están haciendo que la frontera sea más letal durante los meses más calurosos del verano.
Y aunque oficialmente no se dio a conocer la procedencia de los migrantes fallecidos se presume que la mayoría de ellos eran de El Salvador y Guatemala.
Missing Migrants Project reporta que, de enero a la primera mitad de julio del 2023, han sido reportados 3 mil 137 migrantes perdidos y fallecidos en las Américas.
Gerardo Campos, de Paralelo 31, una organización no gubernamental que se dedica a la búsqueda de personas desaparecidas en la frontera de Estados Unidos con México, expresó su malestar por la actuación del gobierno de Texas al implementar estas medidas que traen como consecuencia la muerte de muchos migrantes al intentar cruzar la frontera por otras rutas.
“Es totalmente inconstitucional, lo que aquí ocurre es que empujan al migrante a tener que utilizar otros caminos más riesgosos y en ocasiones esto puede provocar la muerte”.
Campos quien por varios años se ha dedicado a buscar personas desaparecidas señaló que el número de muertes se ha incrementado considerablemente.
“Las llamadas son diarias, en ocasiones hasta seis y es imposible atenderlas a todas”, y agregó, “hace dos meses localizamos dos osamentas”.
Campos señaló que es una desgracia que se tengan que tomar esas medidas, “lo que va a suceder es que el flujo se desviará al oeste de Texas y se va a incrementar la densidad migratoria por esa parte en el desierto de Arizona y ya tenemos casos más frecuentes”.
Explicó que en esa zona Hay un corredor llamado San Teresita, “donde hace tres semanas nuestro grupo sacó 3 cuerpos y tenemos dos casos pendientes en ese corredor que aún no hemos encontrado”.
Por alguna razón, dijo, “hay muchos casos de mujeres guatemaltecas que se están quedando tiradas”.
Agregó que lo que están es haciendo con la instalación de barreras físicas, “es rehaciendo medidas que ya se habían iniciado en el periodo de Bill Clinton al elevar más las bardas en California y al mismo tiempo subir las barras en Texas, y donde el trayecto es de 5 días a dos semanas”.
Y aunque el gobierno federal pretende poner un alto a lo que está haciendo Abbott, Texas quiere imponer su soberanía, señaló.
Dijo desconocer un dato oficial del número de muertes, sin embargo, el número de llamadas ha aumentado drásticamente.
Además de las condiciones geográficas, la ubicación de la zona dificulta su acceso, como es el caso de la reservación de los indios Tohónos, donde hay que entablar comunicación con ellos y solicitarles un permiso de búsqueda.
Las nuevas medidas en nada cambian el proceder del grupo de búsqueda, aseguró; “solo qué con un grado más alto de alerta, estamos más atentos al teléfono, una mayor coordinación con los grupos de rescate de otros estados para coordinar ayuda.
Agregó que en las últimas semanas las búsquedas más de mil 200 en las últimas semanas, “mucha gente se está quedando tirada”.
Por alguna razón, señaló, “la gente decide entrar al desierto; súmale el bloqueo de la línea fronteriza en Texas y, cuando baja el calor nosotros también incrementamos las entradas al desierto y es cuando vamos a saber cuántas víctimas han quedado de esta temporada, una cosecha de muerte, entran, suceden los acontecimientos, muchas muertes y después nosotros entramos a cuantificar las muertes”.
Por Luis Ángel Galván Peimberth
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