Con el inicio de las campañas las ideas y propuestas en los diversos rubros han surgido, algunas buscan ser innovadoras y otras solo copiadas fielmente al carbón y con el cambio de nombre del o la candidata y el año de elección.
El campo, economía, salud, deportes, asistencia social, así como seguridad y migración son prioridades que deben se atendidos con propuestas reales y alcanzables.
Los efectos de la pandemia dejaron un gran saldo que ha sido difícil de cubrir y donde el principal reto para quienes pretendan ocupar los cargos de representación popular será una tarea muy difícil de alcanzar.
La economía nacional es deprimente y la estatal aún más; los adeudos pendientes y las obras sin terminar serán saldos que si no se cubren afectarán en mucho la percepción del elector en este 05 de junio.
A las campañas les ha faltado color, naturalidad, calidez, pero sobre todo espontaneidad, sin clichés, este último ha sido tomado como básico para la promoción y que en nada abona a las campañas de quienes buscan representar los intereses de los ciudadanos.
La sociedad está ávida de escuchar propuestas reales y alcanzables, que no sean solo para ganar votos sino para beneficiar a Durango.
He aquí el punto: escuchando varias de ellas en el rubro migratorio quienes han pretendido deslumbrar a sus jefes de campaña y más aún a sus candidatos les hace falta más atención y estudio de ello; no se puede hablar de la movilidad humana sin entender primero lo que esto significa.
Transcribir o copiar de un manual lo reunido por las comunidades no significa que esto sea realizable, los asesores de campaña deben de atender al principio de la información veraz objetiva como un primer paso para luego aventurarse a deslumbrar a quienes van a abanderar la causa.
Tal parece que aún no se ha entendido que el migrante no le pide nada a su estado, solo atención de sus gobernantes para ser escuchados, ¿es esto un gran sacrificio, se invierte demasiado en ello?
A veces se requiere salir del problema y observarlo desde otro ángulo, el pensar que todo está ya dentro ocasiona una ceguera que evita ver la realidad de lo ocurre, y eso ocurre frecuentemente, sobre todo en campañas.