Las afectaciones del coronavirus en la Riviera Maya desde la óptica de una durangueña
-A pesar de ser la zona con mayor desempleo en este momento, hay esperanza.
DURANGO, DGO.-Sin duda que los destinos de playa son los más afectados por la contingencia sanitaria provocada por la pandemia de coronavirus, y es que prácticamente toda su actividad gira en torno a la visita de personas.
Quintana Roo, con destinos como Cancún, recibe a millones de turistas nacionales e internacionales cada año, pero con la restricción de viajes y las medidas adoptadas, ha hecho que sea el estado con mayor desempleo en todo el país, con la pérdida de 63 mil 847 empleos entre el 13 de marzo y el 6 de abril, de acuerdo a datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) del gobierno federal, y es que tan solo en Cancún la ocupación hotelera que para esta temporada llega hasta el 100%, bajó a un 4.1%.
Eva Verónica Galván Ríos es una durangueña que tiene ya un tiempo en la zona de la Riviera Maya trabajando en maquillaje y peinados para bodas, ya que este es uno de los principales destinos para realizar estas ceremonias en las playas mexicanas, y compartió con este medio su experiencia durante esta pandemia, lo que la hizo regresar a Durango desde hace tres semanas para pasar la cuarentena con su familia.
Lo imprevisto
“Empezamos a recibir menos turistas de Europa cuando la epidemia llegó a Italia y a España, y en mi caso al principio lo primero que sentí con la pandemia es que tenía un viaje programado en marzo, no iba a estar en México, me iba a ir de viaje, pero tenía una escala en Roma, entonces mi vuelo fue cancelado y ya no pude ir, y dije pues voy a trabajar, porque para ese entonces todavía no creía que esto fuera afectar de esta manera en la Riviera Maya, porque seguíamos teniendo muchos turistas”, comentó.
Sin embargo ya para el 8 de marzo decidió ponerse en cuarentena voluntaria, ya que el trabajo se había reducido, “porque no trabajo directamente en hotelería, aunque la mayoría de los hoteles cerró para el 21 de marzo y algunos en el transcurso de ese fin de semana, como los grandes hoteles empezaron a cerrar y ahí fue donde mucha gente se empezó a quedar sin trabajo y fue cuando entendí la magnitud y la seriedad del problema, porque fue muy repentino de que todos de pronto ya no teníamos trabajo”.
Luego de unos días sola, en cuarentena, tomó la decisión de regresar a Durango para estar con su familia durante la contingencia y así estar acompañada de ellos, aunque destaca que si bien es cierto en el aeropuerto desde donde partió, en la Riviera maya, sí había revisiones, en la escala que hizo en Aguascalientes eran menores, y en Durango casi nulas, además de que percibía en las personas mayor calma de lo que sucedía en su lugar de trabajo.
“Es muy diferente a lo que se vive en Durango, porque en la Riviera Maya fue algo muy directo en lo económico, porque simplemente el turismo paró y no hubo más trabajo y ha sido muy triste porque se trata del sustento de muchas familias, muchas personas en desempleo y sin plan, porque nadie se esperaba que esto sucediera porque justo en esta temporada todo mundo espera que haya muchos turistas y que haya muchas ventas, entonces allá se empezó a tomar conciencia desde antes porque nos pegó de lleno en lo económico”, manifestó.
Al momento de viajar hacia Durango, apuntó, pudo ver que en el aeropuerto de Cancún había muchas personas durmiendo ahí, sobre todo extranjeros, porque sus países cerraron las fronteras y ya no pudieron salir, por lo que la situación que por lo regular es de fiesta las 24 horas del día, se tornó en un escenario sombrío y de preocupación.
Lo que viene
Al momento obviamente hay incertidumbre sobre qué seguirá, “porque por ejemplo el dólar está subiendo. Cuando esto empezó me acuerdo que estaba en 18 pesos y ya para cuando llegué a Durango estaba casi en los 25 pesos, y eso ha cambiado un montón, y muchas empresas que tienen que comprar insumos que vienen de Estados Unidos ya están muy altos y si no se normaliza se viene un impacto económico más grande”.
No obstante las circunstancias por las que están atravesando, Eva Verónica subrayó que hay una actitud positiva de que todo se irá acomodando de nuevo, “tenemos fe en que todo va a normalizarse porque la infraestructura hotelera es muy grande, los recursos, hay muchas cosas que y están establecidas por las que la Riviera Maya funciona muy bien y la gente ha tomado conciencia de ello, y se han empezado a hacer campañas para promocionar el destino en conjunto y hay cuatro comedores muy grandes donde la gente lleva donativos de comida, con cocineros y gente que sabe hacer comida en grandes cantidades, se ponen a cocinar a diario y la regalan un platillo completo a quienes tienen la necesidad”.
Esta crisis, destacó, ha hecho que surjan cosas positivas de las personas, porque ahora se organizan para hacer trueques de productos, y es que se vive un estilo de vida diferente, “como más de playa”, dijo, y se organizan para hacer meditaciones y las comparten en línea y sobre todo tratan de aprovechar el tiempo en cosas positivas, que levanten el ánimo para todos, mientras pasa la contingencia, y es que la gran mayoría de las personas, señaló, sí han permanecido en sus casas o como en su caso, han regresado a sus lugares de origen para pasar esta temporada en familia.
“Todo está cerrado, las playas, los hoteles, los cenotes, los parques, los restaurantes, los cines, y ahora Playa del Carmen es como una ciudad fantasma”, cuando antes en todo el año las calles principales estaban llenas de gente. Sobre todo destaca que las personas han sido conscientes, como la persona que le renta su casa en Playa del Carmen, ya que le rebajó 2 mil pesos de la renta para que tuviera dinero para pasar la cuarentena.
En Durango
Eva Verónica se ha tomado en serio la cuarentena, ya que desde hace tres semanas que llegó a Durango, ha permanecido en su casa, y en eso también encuentra diferencias con lo que sucede en la Riviera Maya, “porque aquí en Durango como que las cosas han seguido con normalidad, pero allá todo se paró completamente, fue como si hubiera un toque de queda y es que todos se quedaron sin trabajo y comenzaron a irse a sus pueblos, porque ya no tenían para pagar la renta o simplemente no querían estar solos”.
“Cuando llegué a Durango sentí que mucha gente me veía como exagerada, porque llegué con los ánimos por el suelo”, y es que las personas se han mantenido prácticamente como si nada pasara, “y espero que a Durango no llegue un impacto así de fuerte, porque la verdad es que duele mucho ver a toda la gente a tu alrededor, de pronto sin empleo y sin nada”.
Por Carlos Yescas Alvarado
Esspecial/Enlace magazine