Esta tarde, en un comunicado de prensa enviado por la organización Pueblo Sin fronteras refuta los ofrecimientos hechos por el gobierno federal mexicano durante los hechos ocurridos en las márgenes del río Suchiate, y donde los transmigrantes centroamericanos hubieron de intentar entrar a la fuerza siendo repelidos por la Guardia Nacional.
Aquí el comunicado íntegro
“Días antes de la salida el 15 de enero de la Caravana de personas migrantes, principalmente de Honduras, autoridades del gobierno federal mexicano de alto nivel declararon que sus integrantes serían recibidos en México con estricto respeto a su derechos humanos, que se garantizaría el derecho a solicitar refugio y a la regularización. Incluso se mencionó la existencia de cuatro mil empleos que sería otorgados a personas migrantes.
También mencionaron que México no otorgaría ningún tipo de documentación para que las personas puedan transitar por el país con la intención de llegar a Estados Unidos. Gran parte de esas declaraciones fueron engaños.
Los derechos humanos de los miembros de la caravana no fueron respetados.
Buscando una migración “ordenada, segura y regular” las autoridades mexicanas sostuvieron que la única forma de cruzar la frontera era en pequeños grupos para que sus casos fueran analizados.
No hubo ninguna clase de transparencia sobre el lugar a donde serían trasladados las personas que accedieron a entrar de esa forma confiando en las autoridades, tampoco hubo información sobre la duración de sus procesos y mucho menos si esos trámites serían llevados sin ser encerrados.
Asimismo, tampoco se permitió la observación de grupo de derechos humanos de la sociedad civil. Sobre cuatro mil empleos disponibles para personas migrantes en México, la narrativa cambió en la frontera sur.
Los cuatro mil empleos serían implementados justamente en los países de origen de las personas migrantes, justo de los lugares de donde huyen.
Esos trabajos ni siquiera existen aún y se estipula que su remuneración será menor al salario mínimo en esos países.
No se puede olvidar que la migración no solo es causada por la precariedad y falta de empleo, sino también por la violencia y falta de un estado de derecho. El día de ayer, un grupo de la caravana solicitó al gobierno mexicano permiso para pasar tranquilamente por el territorio para poder llegar a Estados Unidos.
La respuesta mexicana fue clara, como ya lo habían declarado autoridades federales: México no será utilizado como espacio tránsito para llegar a Estados unidos.
Esto implica contundentemente que la frontera estadounidense se recorrió más de cuatro mil kilómetros hacia el sur, ahora está en el sur de México y es una frontera militarizada donde el primer frente del muro es la Guardia Nacional.
Ante la negativa mexicana, la caravana buscó ingresar por el río Suchiate y el recibimiento del gobierno mexicano fue con violencia, gas lacrimógeno, golpes, amenazas, pedradas, acorralamiento.
El resultado fueron familias separadas, una menor de edad extraviada, personas golpeadas y desgastadas. Como una suerte de aleccionamiento las autoridades mexicanas buscan responder con deportaciones porque esas personas no entraron a México de forma “ordenada, segura y regular”, olvidando que cometerían graves violaciones de derechos humanos de personas que necesitan protección internacional.
Desafortunadamente, México ha tomado el lado del racismo y la cobardía por encima de la vida de seres humanos, sus hermanas y hermanos centroamericanos y centroamericanos, el futuro de quienes México ha vendido a Trump”.